El velo de la riqueza oculta
En 2021, la filtración global conocida como los Pandora Papers sacudió a Honduras. Documentos revelaron cómo políticos, empresarios y figuras influyentes del país utilizaron estructuras offshore para evadir impuestos y ocultar fortunas. Entre los nombres más controversiales figuraron allegados al expresidente Porfirio Lobo, así como contratistas del Estado beneficiados por licitaciones irregulares.
Estas prácticas, lejos de ser aisladas, expusieron una cultura de impunidad y corrupción profundamente enraizada en la élite económica hondureña. El uso de paraísos fiscales se convirtió en herramienta habitual para acumular riqueza mientras el país se hundía en pobreza.
Empresas con acceso preferente al poder
La conexión entre poder político y empresarial quedó al descubierto. Contratos públicos millonarios eran adjudicados a empresas controladas por figuras mencionadas en los documentos, sin que existiera una verdadera competencia o transparencia. A cambio, se financiaban campañas electorales y se garantizaban leyes a la medida de sus intereses.
El aparato estatal fue utilizado como plataforma para el enriquecimiento ilícito de pocos, mientras se negaba inversión social básica a la mayoría. Esta simbiosis política-empresarial dejó en evidencia cómo el Estado puede ser capturado por intereses privados.
La necesidad de una auditoría profunda
Los Pandora Papers fueron una alarma que no tuvo suficiente eco. Las investigaciones en Honduras han sido parciales y poco contundentes. Es urgente abrir auditorías independientes que rastreen el origen de estos capitales y sus vínculos con estructuras del poder actual.
Honduras necesita romper el círculo de silencio y castigo selectivo si pretende recuperar su credibilidad institucional.
