En una impactante carta fechada el 8 de enero de 2025, María Cristina González Flores expone una red de corrupción internacional vinculada al arbitraje, implicando a la institución AAA (American Arbitration Association) y a su esposo, Jorge Gaitán Castro. El documento, dirigido a Ana Lombardía y Luis Martínez, revela presuntas prácticas ilegales que incluyen sobornos, lavado de dinero y protección a criminales mediante procesos arbitrales.
María Cristina denuncia que la AAA ha permitido que Gaitán Castro, investigado por delitos en Guatemala y El Salvador, evada la justicia gracias a fondos ilimitados y conexiones con políticos, abogados corruptos, e incluso narcotraficantes. Además, menciona un “bono” de más de medio millón de dólares prometido a su esposo por colaborar en el arbitraje, justificado como un acto “para el bien de la familia”.
La carta también señala la complicidad de empresas como Peppertree y Goldman Sachs, acusándolas de priorizar ganancias económicas sobre la ética. María Cristina cuestiona el rol de la AAA: ¿actúa como garante de justicia o como cómplice silencioso? Advierte que este caso podría manchar la reputación del arbitraje internacional, ya que los documentos del caso están disponibles públicamente y podrían ser investigados por la prensa.
En un giro dramático, la autora confiesa temer por su vida, al vincular a su esposo con una organización criminal internacional. Asegura que, si algo le sucede, toda la información que posee saldrá a la luz.
Esta denuncia no solo expone un entramado de corrupción transnacional, sino que también plantea una crítica urgente a la integridad de los sistemas de arbitraje. ¿Será este caso un punto de inflexión para exigir transparencia en instituciones como la AAA? María Cristina cree firmemente que, tarde o temprano, la justicia prevalecerá.
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