“Si me preguntan por los mejores lanzadores venezolanos del momento, me iría por Pablo López, derecho; y zurdo me iría más con Ranger Suárez. Recuerdo que el año del Clásico Mundial, le dije a Luis (Sojo) que Ranger se va a ganar un Cy Young, ya que se parece mucho a (Johan) Santana”, señaló el exlanzador grandeliga Carlos Zambrano.
Acotó que no lo ganó por problemas físicos: “Si hubiera tenido una segunda mitad como la primera, habríamos tenido otro Cy Young venezolano. Con más preparación física, siempre será un candidato. Eso sí, ninguno se parece al Carlos Zambrano de antes, son más tranquilos”.
En cuanto a los pitchers grandeligas en general, “me gustan actualmente como lanzadores el zurdo Cris Sale; y el derecho Paul Skeenes. También está Garry Cole, me gusta por aguerrido, pero lanza más duro que yo, los pitcheos son más localizados”.
Zambrano conversó sobre sus primeras experiencias como coach de pitcheo en la Liga Mayor de Beisbol Profesional (LMBP) con Guerreros de Lara y en la LVBP con Tiburones de La Guaira, donde tuvo que lidiar con brazos muy novatos y experimentados que están en la última etapa de sus carreras.
“Es una pregunta interesante. Tu puedes ver gente como Fernando Rodney, quien tiene 47 años y todavía está lanzando. Puedes ver gente con más de 35, 36 años que es una persona experimentada, pero también vieja para el beisbol… pero creo que es más fácil trabajar con ese tipo de gente, que con personas sin casi experiencia, novatos, porque ellos (veteranos) escuchan más. Por ejemplo, yo me la llevé muy bien, aparte de que lo conozco hace mucho tiempo, con Pedro Rodríguez, quien está viviendo una gran temporada”.
Precisó que “son personas que ya tienen su rutina, saben lo que van a hacer y lo que pueden hacer en esta liga. Creo que la experiencia con Guerreros (de Lara) me ayudó mucho, sobre todo los consejos de César Izturis (mánager), quien ya venía de ser coach, de estar en este rol. Y también con Tiburones, una persona que me ayudó en ese pequeño tiempo que estuve, fue David Davalillo, quien tiene un conocimiento del beisbol muy bueno. De verdad es un buen coach”.
Muchos de los pitchers que estuvieron bajo su égida en esos dos clubes, señalaron que “El Toro” les transmitía tranquilidad, les quitaba los nervios: “Es verdad esa espiritualidad fue clave en mi trabajo con La Guaira. Acuérdate que yo me transformaba en las dos rayas cuando tenía la pelota y por eso más que todo los berrinches que hacía… pero de ahí para allá (fuera de las rayas), he sido siempre una persona tranquila, de clubhouse, manejable”.
“Y de verdad ese era el trabajo mío el año pasado: calmar las cosas, darles la confianza, no solamente a los pitchers, también a los bateadores. No hablaba de bateo con los muchachos, pero si hablaba de cosas que podían transformar la mente y ponerla lista para jugar al beisbol”, agregó.
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Recalcó además que nunca tuvo problemas con algún estratega ni coachs en las menores, mayores y la LVBP: “Lo que pasó como Michael Barret fue un mal entendido. Él me golpeó primero y, obviamente en aquel tiempo, no iba a dejar que me golpeara, aunque la Biblia dice que si te dan en una mejilla, pon la otra. Recuerda que en aquel tiempo no era cristiano, pero son cosas que pasan”.
No tuvo respuesta cuando se le inquirió si trabajaría en una organización de la MLB como coach: “Si es en las mayores, lo pensaría, pero no sé”.